¡Ups!
- ilustracionesdemama
- 24 jul 2018
- 1 Min. de lectura

Corre, no para, está como segado, habla y canta sin parar. Le pido que no haga algo y lo hace igual y lo vuelve a hacer. Ese momento anuncia la tormenta: se pasa tanto de rosca, que no ve, no escucha, incluso hasta hace cosas que pueden lastimarlo. Y siempre en ese estado se manda alguna... aunque le pido que pare no para, y sigue y sigue... En esos momentos no se como sacarlo de ese estado, de bajarlo, de contenerlo y tranquilizarlo, ya que ni un abrazo a veces basta... En algún momento para... pero siempre porque se lastimó o porque tiró o rompió algo. Ahí retorna en sí, ahí toma conciencia. Esa tormenta me llena de impotencia, siempre termina en llanto o en gritos. Es agotador. Vamos aprendiendo a ver los primeros indicios, ayuda a contener la crisis o la evita completamente. Otras veces resultan inútiles los esfuerzos.
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