Campamento (Segunda parte)
- ilustracionesdemama
- 9 mar 2020
- 1 Min. de lectura
Venía bárbaro. Así que decidimos jugárnosla a fondo.
Sobre la marcha preguntamos por mensaje a la psicopedagoga del cole, que estaba presente, como veía la posibilidad de que se quedara a dormir. Ella nos respondió que él estaba entusiasmado de hacerlo. Así que respiramos profundo y aceptamos.
Fue la decisión correcta! Creo que ello, lo volvió más responsable sobre su higiene y cambiarse solo. Entendió que él puede hacer muchas más cosas de las que cree. Y que muchas, no las hace por comodidad.
A nosotros, nos trajo una felicidad inmensa. Fue un paso enorme en su trabajo diario con las habilidades sociales. Además estuvo alejado de la tecnología casi 2 días, disfrutando con sus compañeros y de la naturaleza.
Él me sorprende diariamente, pero en esta oportunidad, fue como darnos un diploma de que lo estamos haciendo bien.
Nos costó soltarlo. No es fácil ser padre o madre de un niño dentro del espectro autista, y más cuando se trata de estar alerta ante cualquier detonante. Es un trabajo difícil de delegar. Pero es fructífero.
Cada paso, sea grande o pequeño, nos demuestra que él no tiene techo. Que puede y mucho. Y que hay otros dispuestos a ayudar. No estamos solos. Eso trae profunda tranquilidad.
¡Así que les digo esto, confíen!
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Gracias por leerme!

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