Cuando estaba embarazada no sabía que me iba a deparar el después. Me fui informando pero se ve que no lo suficiente. Así que cuando tuve a mi hijo me sobrepasó la situación. Pensé que iba a contar con más ayuda, pensé que iba a tener tiempo para dormir un poco, para comer, para bañarme e incluso para ir al baño. Me equivoqué rotundamente.
El pos-parto me abrumó. La maternidad me abrumó.
No poder cubrir las necesidades básicas que necesita un cuerpo humano hizo que entrará en un estado de desesperación. Y ahí fue cuando me convertí en una “mala madre”.
Ponía a mi hijo a ver baby TV para dormir media hora o para ir al baño. Use la tele como una niñera, porque no podía con todo... creo que sufrí depresión posparto. Lloraba todos los días.
Cuando la pediatra nos mandó a llevar a mi nene a estimulación temprana, luego la neuróloga y más tarde CUD y terapias. Me sentí que yo había ocasionado todo esto. Le había hecho un daño terrible a mi hijo. Fue muy duro, la culpa me carcomía.
Me llevó mucho tiempo entender que no había sido mi culpa. Confesé mi pecado a las terapeutas de mi hijo, casi al borde del llanto, y ellas me calmaban diciendo que no había sido eso la causa. Sin embargo no lo creía. Así que cargué con la culpa varios años más.
Hoy, con un largo camino recorrido, sé que no fue mi culpa sino antecedentes hereditarios que son la razón que hacen de mi hijo, una persona que entiende al mundo de forma diferente.
Liberme de esa carga me hizo entender que mi hijo es como es, más allá de mis desaciertos y mis dificultades . ¡Él me enseñó tantas cosas! ¡Soy muy feliz del hijo que tengo!
¿Uds cargan con culpas?