No se si les pasa, pero veo fotos de casas inmaculadas, y casi que me pongo a llorar. ¡¡¡Mi casa es un caos!!!
Hace más de un año que nos mudamos a un lugar más grande. El espacio nuevo trajo nuevas ilusiones de tener espacios lindos, acogedores y con un poquito de estilo. Compramos muebles (me gusta mucho el estilo escandinavo), acomodamos de la mejor manera posible, colgamos estantes flotantes, pusimos cuadros, etc.
Había leído el libro de Marie Kondo, “la felicidad después del orden”, el primero me lo saltie.
Así decidí darle estilo y apropiarme del espacio y llenarlo de cosas que nos hicieran felices. Quedó más o menos respetable, pero en algún momento descarriló.
Mi hijo se apropió de todos los espacios y los convirtió en suyos, a tal punto que no tenemos, por momentos, lugar para comer ya que ocupa toooodaaa la mesa.
Ahí entonces empieza el dilema, ¿lo dejo? ¿no lo dejo? ¿me peleo para que ordene? ¿Le tiro algunas cosas? ¿Me resigno? ¿Ordeno detrás de él incansablemente? ¿Acepto que no voy a tener esas casas de las revistas de decoración? ¿desespero? ¿Me relajo? ¿Se preguntan como yo? ¿Que opinan?