Preparativo para un viaje

Cuando nos vamos en un viaje que durará muchas horas, me agarra mucha ansiedad. Si bien hemos hecho viajes largos, cuanto más grande se hace mi niño, más rebelde se va poniendo. Si uno como adulto se fastidia en un viaje, me imagino un niño pequeño. Se que parte de mi miedo es el que dirán y las miradas inquisitivas de los otros que no entienden que es un chico y esperan que este sentado sin molestar como un potus. Pero tampoco quiero que él este mal por ello, tengo miedo a no poder calmarlo, de que toda la situación se salga de control. Me armo un batallón de cosas para entretenerlo y usamos la estrategia de ir anticipando desde bastante tiempo lo que va a pasar y todo los detalles, para tratar al menos bajar su ansiedad. A veces puede ser un combo explosivo, ansiedad de mamá, ansiedad de papá y ansiedad de hijo, muchas horas encerrados en una jaula hermética sobrevolando las nubes. Pero hay que hacer un gran ommmm!!! y que sea lo que Dios quiera... A veces es difícil relajarse y también hay que aceptarlo. Una vez que puedo bajar un poco la ansiedad, él también se va habituando al cambio.